Hermanos de Jesús 
           [911][253]

 
   
 

   Expresión que alude a la idea de que entre los que Jesús llamó hermanos o como tal llamaron ellos a Jesús, hubo alguno que fue hijo corporal de María, su madre: o al menos hijo de José, en ante­rior matrimonio.
   Por ejemplo, se alude a textos en que se habla de los "hermanos de Jesús": Mc. 6.2; Mt. 12. 46; Jn. 7-3-5; Jn. 2.12. Y se hace referencia a que el texto de Lucas emplea el término de "primogénito" al hablar del nacimiento de Jesús: Mt. 1. 25; Lc. 2.7.
    Hoy no queda la menor duda de que el término empleado, "adelphos", aludía en griego a la expresión de hermano en el sentido general de la palabra y por lo tanto se refiere a un parentesco más extensivo que el de la consanguinidad fraternal. Así está atestiguado en multitud de textos, incluso del Antiguo Testamen­to: Gen. 13.8; Gen. 29.15. Y no deja el menor resquicio para negar la tradición.
    Por eso no existe ninguna posibilidad en base a los textos de admitir que la Virgen María tuvo otros hijos y, por lo tanto, que su virginidad posterior al naci­miento de Jesús no tiene ninguna base bíblica.
    El que S. José tuviera otros hijos, o los hubiera tenido, es una hipótesis sin nin­gún soporte bíblico, por tolerante que sea la crítica textual de los textos que hablan de los hermanos de Jesús. Y el que se presente como una posibilidad en nada avala que haya razón para afirmar la realidad de esa paternidad.
    El que en Evangelios Apócrifos del siglo III y IV (Protoevangelio de Santiago, Evangelio de José, algún dicho de Oríge­nes) aparezca afirmada esa paternidad de José tampoco es suficiente argumento para la afirmación, pues son más los textos coetáneos que afirman lo contrario y muchos más los que aportan el silencio en esta cuestión.
    La tradición de la Iglesia, desde los primeros siglos, tiene muy clara la unici­dad de Jesús en el contexto de la Sagrada Familia y no es cuestión de que el catequista invente hechos o datos que contradigan dos milenios, por muchos que sean sus afanes de originalidad en su exposición pedagógica y por fuertes que sean las dudas de los jóvenes actua­les sobre la virginidad en el matrimonio de José y de María.       (Ver Virgen María 4.1)